Al igual que a nosotros a los caballos también les da fiebre, y como sabemos la fiebre es una señal de que algo anda mal, que hay alguna infección; lo primero que debemos observar es su pelaje, que no este herizado, y debemos revisar sus orejas que no estén calientes, y debajo de sus axilas que no este sudoroso.
Luego de realizados el primer diagnostico podemos llamar al veterinario o utilizamos un termómetro de forma rectal. La mayoría de los que venden, para uso veterinario, vienen sujetos a una cuerda y con un clip, si el que tienes no es así, es importante que consigas uno o que encuentres la forma de sujetarlo bien para que el caballo no lo absorba y tengas un problema nuevo.
Es importante, siempre antes de usar un termómetro de mercurio, sacudirlo para bajar el mercurio y la lectura sea correcta.
El caballo debe estar amarrado o sujeto por algún asistente experimentado, si no conoces al caballo, o dudas de su comportamiento, es importante tomar todas las precauciones posibles para evitar accidentes.
Con esto en mente, te posicionas a un costado del caballo, mueves la cola hacia un lado para que no estorbe y se lubrica la punta del termómetro antes de insertarlo, siempre en un ángulo dirigido al suelo y para una lectura adecuada, es importante dejarlo por aproximadamente 3 minutos.
Es de vital importancia limpiar muy bien el termómetro antes de guardarlo, así garantizas que estará listo para una emergencia y se evitan contagios, hay que recordar que por lo general se le toma la temperatura al caballo enfermo.
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